Ante la proliferación de mensajes masivos y contenidos en Internet donde se distribuyen indiscriminadamente vídeos, fotografías y audios de contenido sexual o violento sin el conocimiento y, muchos menos, el consentimiento de la persona afectada la Agencia Española de Protección de Datos ha impulsado este canal- Con el mismo se pretende que cualquier ciudadano que tenga conocimiento de esta circunstancia pueda solicitar la retirada de estos contenidos.
Nos dice la AEPD que si tienes conocimiento de la existencia de fotografías, vídeos o audios de contenido sexual o violento que circulan por Internet sin el consentimiento de las personas afectadas, solicita su retirada en el Canal prioritario de la Agencia.
Dirigiéndose a los menores les indica que si eres menor de 18 años y sabes que están circulando por Internet fotografías, vídeos o audios de contenido sexual o violento sin la autorización de la persona afectada (ya seas tú mism@ u otra persona) recuerda que #PuedesPararlo.
No tengas miedo y contacta con nosotros.
A través del enlace https://www.aepd.es/canalprioritario/ la AEPD permite acceder al Canal Prioritario, dispone de unas FAQ’S, anima a los menores de 18 años para que se pongan en contacto para brindarles ayuda y dispone de un contenido multimedia para sensibilizar sobre esta situación. Así mismo, permite enlazar con esta campaña en Instagram en la direcciónhttps://www.instagram.com/explore/tags/puedespararlo/
Como ciudadanos debemos ser conscientes de la gravedad de todo este tipo de comportamientos que menoscaban la imagen y dignidad de las personas y que llegan a afectar a su vida familiar, salud, trabajo o, incluso, desembocar en el suicidio. Ejemplos los podemos encontrar en los medios de información como fue lo sucedido al entrenador del CD Málaga cuando la difusión de un vídeo de contenido sexual desembocó en su despido; difusión que se había realizado sin su consentimiento pero donde se puso más el acento en el contenido del vídeo que en el delito que suponía la revelación de secretos por el acceso a un vídeo privado y su posterior difusión. Otro ejemplo, aún más grave, lo encontramos en el trágico desenlace de la trabajadora de Iveco; la difusión masiva, entre sus compañeros de trabajo, de un antiguo vídeo (habían pasado cinco años desde su gravación) desembocó en su suicidio ante el escaso apoyo encontrado y la falta de denuncia entre quienes recibieron el vídeo cuya actuación fue continuar con su difusión. Por todo ello, ante situaciones como las expuestas. no sólo se debe tener conciencia de la gravedad de cooperar en la difusión de estos contenidos sino que debe adoptarse una posición proactiva denunciando ante la AEPD su distribución a través del mecanismo que esta Autoridad independiente de control ha puesto a disposición de todos los ciudadanos.